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Luiz Carlos Dalben

Presidente de Agrícola Río Claro

OpAA80

Desafíos agronómicos

Siempre y en cualquier cultivo, el productor rural busca, a través del conocimiento y mejores técnicas, alcanzar la máxima productividad dentro de los límites del potencial genético de la planta.

El potencial de producción de un cañaveral depende de las condiciones edafoclimáticas, la elección de la variedad de caña según las características locales, la corrección del suelo según análisis, el uso de macro y micro fertilizantes según las necesidades del cultivo durante el período, el uso de pesticidas para prevenir o controlar plagas y enfermedades, herbicidas para mantener el cultivo “limpio” o eliminar hierbas invasoras, también el uso de agentes biológicos y otros insumos específicos según sea necesario para mantener el cultivo dentro de un estándar económicamente viable.

El conocimiento y la interpretación de las condiciones edafoclimáticas direccionan, entre muchos ítems, las técnicas agronómicas que se aplicarán en el ciclo del cultivo de la caña de azúcar. En este contexto se encuentra la planificación a corto y mediano plazo y también la formación técnica de profesionales para la correcta aplicación de las tecnologías. En esta diversidad de ítems que componen los desafíos para mejorar la productividad y la longevidad, discutiré la actividad aún no mencionada que es la mecanización agrícola.

Sin duda, la mecanización trajo un avance decisivo a la agricultura y la producción de caña de azúcar. A través de él podemos aumentar el rendimiento, la productividad y la calidad en el sentido más amplio de la palabra. Facilitamos cuestiones laborales y ambientales y brindamos “comodidad” a la fuerza laboral operativa. Vale recordar que más del 70% de los costos de producción de la caña de azúcar están ligados a la mecanización y mantenimiento de equipos.

En el avance alcanzado por la mecanización en las actividades operativas de conducción y formación de cultivos, desde la preparación del suelo hasta la cosecha, debemos resaltar que el uso correcto de estos equipos proporciona una mejor productividad y longevidad del cultivo. Actualmente, las mayores preocupaciones en las operaciones mecanizadas también se dirigen a la adecuación técnica de los tractores, buscando equilibrio en potencia, lastrado de ruedas, modelos, compatibilidad con implementos y equipos agrícolas, ajustes de calibre de acuerdo con el espaciamiento de siembra para evitar o minimizar el efecto del pisoteo y compactar suelos y apisonar sin perjudicar el desarrollo radicular y la productividad. Hay que tener mucho cuidado en regular las dosis de los insumos, observando las condiciones climáticas de aplicación, buscando el máximo aprovechamiento y orientándolos hacia el “objetivo”.

El cultivo de la caña de azúcar, desde su siembra hasta su finalización, tiene un ciclo promedio de 6 años, con cosechas anuales. Durante este período de cosecha, el equipo de tratamiento cultural recorre aproximadamente de 20 a 23 veces el campo antes de ser renovado. Esto muestra cuánto tenemos que utilizar las tecnologías disponibles y la capacitación de las personas para que el tráfico sea dirigido y se minimice el nivel de compactación para un mejor desarrollo radicular y conservación del cultivo.

El gran desafío que propone el tema de esta edición pasa por la mecanización como solución tecnológica para mejorar todo el sistema productivo de la caña de azúcar. La mecanización, en algunas de sus actividades, también se convirtió en otro villano del sistema cuando no cumplió con el trabajo previsto. Como resultado, algunos equipos quedaron marginados y permanecieron estancados durante años, enfrentando dificultades para avanzar.

Ejemplos no muy recientes fueron los rastrillos rotativos de los años 90 y principios de los 2000 que fueron rechazados por mal uso y mal funcionamiento. Muchas unidades de producción los vendieron todavía con la pintura de fábrica. Más recientemente y no muy diferentes fueron los plantadores de caña que, incluso recién adquiridos, quedaron “varados” en algunos ingenios por falta de compromiso, y muchos fueron vendidos al peso.

¿Qué tiene esto que ver con el tema de esta edición? Todo, porque los avances en productividad y calidad están ligados no sólo a la mejora y uso correcto de los equipos, sino también a actitudes que conduzcan a mejoras constantes. Vea las fotos presentadas para diferentes usos de un mismo equipo y actividad con resultados completamente diferentes, uno mantiene las condiciones de productividad y calidad, mientras que el otro no.



Las imágenes 1 y 2 (resaltadas) muestran la aplicación de insecticida para sphenophorus. Levis en cultivos de retoños: Acierto y error en el “objetivo” que indica falla operativa en la segunda foto con pérdidas en productividad y longevidad del cultivo.



La foto 3 (resaltada) muestra diferentes dimensiones de ancho entre el tractor y el transbordo, provocando pisoteo de los apisonadores con posible compactación y lesiones en los apisonadores. 

La foto 4 (resaltada) muestra el perfecto tránsito tanto de la cosechadora como de la operación de transbordo, liberando a la soca del pisoteo y brindando condiciones para mayor longevidad y productividad para cosechas posteriores.



La foto 5 (resaltada) muestra errores en el corte de la base de la cosechadora con un alto número de socas cosechadas, reduciendo la productividad y longevidad. Foto 6 (destacada) Soca con muy buena brotación y sin efecto tirón con gran oportunidad de buena producción.

La mecanización está presente en todas las actividades de preparación de la cosecha, y su uso con técnicas y metodología correctas siempre brindará oportunidades de ganancias en calidad, productividad y longevidad.