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Sílvia Belém Gonçalves

Investigador de Embrapa Agroenergía

OpAA79

Biogás: ¿energía del futuro?

Los residuos orgánicos, en general, son un problema ambiental y económico. Grandes empresas de los más diversos sectores suelen gastar importantes cantidades de recursos en eliminar correctamente los residuos generados en su producción.

El biogás es una fuente de energía sostenible y renovable, obtenida mediante biodigestión, un proceso antiguo y conocido. Sin embargo, todavía se aplica poco para el tratamiento de residuos orgánicos y la producción de energía.


La tecnología puede aplicarse en los más diversos segmentos, pudiendo ser utilizada desde pequeñas propiedades rurales hasta grandes agronegocios. El proceso en sí es una digestión aeróbica de materia orgánica, que da como resultado biogás, digestato y lodos, principales productos de la fermentación. El biogás está formado principalmente por metano, un gas combustible, que se puede aplicar de forma más directa, sustituyendo al gas de cocina.


Para este uso, el biogás se puede utilizar directamente desde la salida del biodigestor, sólo necesitando pasar por un proceso de limpieza de gases no deseados, como el gas sulfuro de hidrógeno. El biogás purificado da como resultado biometano, que puede utilizarse para sustituir al gas natural, ya que su composición será muy similar al gas que proviene del petróleo. El biogás todavía se puede utilizar para producir electricidad, que es actualmente la principal aplicación. El digestato y los lodos son excelentes fuentes minerales, y su composición dependerá de qué materia prima/residuo se utilizó para generar biogás, y pueden usarse para reemplazar fertilizantes.


La tecnología de biodigestión ya está muy madura para plantas grandes que aprovechan residuos, para propiedades pequeñas, porque son plantas que no pueden tener mucha tecnología, porque tienen que ser de bajo coste. Aún son necesarios estudios que permitan un proceso más eficiente en la producción de biogás. Además, es necesario realizar investigaciones para consolidar plantas que utilicen materias primas específicas. Es importante recordar que, a pesar del gran potencial de Brasil para el tratamiento de residuos y la producción de biogás, la tecnología nunca ganó visibilidad y fue, durante muchos años, descuidada.

Hasta hace poco se hablaba del biogás como la tecnología del futuro. Me pregunté: ¿por qué se promociona una tecnología centenaria como la tecnología del futuro? Y las respuestas fueron cosas como: no hay interés, o no se conoce el verdadero potencial de esta tecnología. Sí, porque no tiene sentido que un proceso que, además de tratar residuos, también genera ingresos con la producción de energía y biofertilizante , que permite el cierre completo del ciclo productivo, no se utilice masivamente en todos los sectores.


En Brasil, el uso de la biodigestión se concentra en el sector de saneamiento y tratamiento de desechos porcinos. La razón es principalmente por razones medioambientales. Hasta hace poco no se veían los beneficios de invertir en plantas más eficientes que maximicen la producción de biogás. Sin embargo, con el desarrollo de tecnologías más eficientes y una creciente demanda de energía limpia y sostenible, Brasil recurrió a rescatar la digestión anaeróbica. Recientemente vi una entrevista con Tamar Roitman, gerente ejecutiva de la Asociación Brasileña de Biogás, en la que afirma que el biogás ya no es una tecnología del futuro, sino que ya es una realidad.


Creo que esta realidad sólo ha sido posible porque las grandes empresas han sabido ver el verdadero potencial de la biodigestión, especialmente en el contexto actual desde el punto de vista medioambiental, en el que buscamos tecnologías más limpias y sostenibles. La biodigestión, para mí, no es sólo una tecnología limpia, sino una tecnología que limpia. Como se menciona al inicio del artículo, la cantidad de residuos orgánicos que se generan, ya sea en la industria o en las grandes ciudades, es gigantesca. Sólo en Brasil los residuos urbanos ascienden a alrededor de 80 millones de toneladas al año.


Si en lugar de vertederos, o incluso vertederos, estos residuos fueran tratados mediante el proceso de biodigestión, tendríamos ciudades más limpias, acabaríamos con el problema de los vertederos y, además, sería una fuente de ingresos, ya que la La energía generada podría utilizarse en beneficio de la población.


Aún desde la perspectiva de la declaración de Tamar, y, por tanto, pasando a los hechos, si hoy el biogás es una realidad en Brasil, es principalmente porque la industria azucarera y alcoholera ha invertido cada vez más en esta tecnología para tratar la vinaza y la torta de azúcar filtrar, generando más energía sin perder los nutrientes que ya fueron incorporados al suelo mediante el riego con vinaza en el campo. El interés de este importante segmento industrial fortalece la biodigestión. Es importante recordar que esta tecnología fue rescatada, pues ya se había intentado en el pasado. En los años 80, sin embargo, como ya se ha dicho, la época era diferente. Las condiciones actuales son mucho más favorables y las posibilidades de que las cosas salgan mal ya no existen. Se convirtió en un camino sin retorno.


Es probable que la inversión del sector del azúcar y el alcohol en el tratamiento de residuos mediante digestión anaeróbica aumente mucho en los próximos años, ya que hay pocas plantas de biodigestión (en el sector) en construcción, y aún menos ya están en funcionamiento, en comparación con el número de plantas de etanol que tenemos. En otras palabras, dentro de la propia industria del azúcar y el alcohol existe un enorme potencial de expansión, pero veo más allá de eso.

Me imagino que, dado el éxito que ya está teniendo y con tendencia a ser aún mayor, otros segmentos, como la industria láctea, empresas productoras de jugos, cervecerías, entre otros, que comparados con el sector azucarero y alcohólico son más pequeños, pero juntos generan una cantidad muy grande de residuos orgánicos, reproducirán esta iniciativa, ya que las ganancias ambientales son notables y las ganancias económicas tienden a ser cada vez más significativas, ya que productos, como la energía y los biofertilizantes, ya son tradicionales, pero La tendencia de las ganancias financieras del mercado de carbono tiende a expandirse.


El biogás ciertamente llegó para quedarse, es una fuente de energía limpia y sustentable, que no es competitiva con otras fuentes renovables, ya que su principal fuente son los residuos, sin duda agregará más sustentabilidad a la matriz energética brasileña, que es ya es el más renovable del planeta.