Me chame no WhatsApp Agora!

Thiago Aristides Quintino

Gerente de Desarrollo Agronómico Raízen

OpAA80

La importancia de la rotación de cultivos

La agricultura regenerativa, conceptualmente, busca reunir valores que hagan que la agricultura sea más sostenible desde una perspectiva ambiental y, en consecuencia, económica en un enfoque que apunta a crear sistemas agrícolas más productivos y resilientes, buscando conservar los recursos naturales para las generaciones futuras como premisa basica.

Uno de los principales pilares de este modelo es la conservación del suelo, empezando por una menor perturbación, pasando por el mantenimiento de la cobertura y terminando con un aumento de la biodiversidad allí presente. La rotación de cultivos tiene sus beneficios amplificados al mejorar los componentes físicos, químicos y biológicos del suelo con cultivos de cobertura, que también promueven el control de la erosión al reducir el impacto de la lluvia, reducir la escorrentía y la erosión laminar y aumentar la resistencia del suelo a la desintegración.

Como método de trabajo conservacionista, el Sistema de Siembra Directa o Preparación Mínima busca reducir la perturbación del suelo con el fin de mantener las características químicas, físicas y biológicas del suelo y, en consecuencia, una menor tasa de oxidación y mineralización de la materia orgánica, contribuyendo a mantenimiento de la fertilidad y consecuente rentabilidad del sistema agrícola, brindando la posibilidad de activar la máxima expresión del potencial genético en el pilar de la conservación ambiental.

Considerada uno de los principios básicos de la agricultura, esta práctica asegura que los microorganismos presentes en el suelo jueguen un papel vital en la fertilidad y la calidad, ya que afecta directamente el crecimiento de las plantas y la producción agrícola a través de prácticas que tienen como objetivo identificar intensidades de manejo que sostengan o mejoren el suelo. de forma sostenible.

La activación del microbioma del suelo mediante la rotación de cultivos nos presenta algunos hallazgos que deben ser considerados:
1. Los suelos químicamente similares no son necesariamente biológicamente idénticos. La aplicación de técnicas como la rotación puede diferenciarlos en esta característica.
2. Todo suelo sano es productivo, pero no todo suelo productivo es sano.
3. Un suelo sano almacena más agua, y el microbioma es el que garantiza la estabilización de los áridos.

Combinada con el aporte continuo de biomasa procedente de cultivos de cobertura, la rotación permite la diversidad de la macrofauna, así como un aumento de la biomasa microbiana. Este entorno es también escenario de muchas reacciones bioquímicas mediante la liberación de enzimas por parte de bacterias y hongos micorrízicos arbusculares, además de sus metabolitos que son beneficiosos para el suelo, ya que favorecen la descomposición de los residuos vegetales, la fijación biológica y el ciclado de nutrientes con posterior disponibilidad, en forma inorgánica, para el crecimiento de las plantas, además de la supresión de plagas, como como, por ejemplo, fitonematodos patógenos.

Concretamente en el cultivo de la caña de azúcar, los beneficios se incrementan al mejorar la calidad de la planta, que es un aliado clave del sector bioenergético y, por tanto, imprescindible para reducir la dependencia de fuentes no renovables. La práctica de plantar otro cultivo en la renovación de campos de caña de azúcar ya ha demostrado ser muy importante, tanto en términos de conservación del suelo como de la posibilidad de obtener un retorno económico a través del cultivo de cultivos con producción de granos o conocido popularmente como Sistema de Granos en Rotación. con caña. Entre todas las ventajas, podemos mencionar:
• cobertura del suelo, reduciendo las pérdidas por erosión;
• aprovechar la capacidad de producción del suelo;
• mejora de las capacidades físicas, químicas y biológicas;
• reducción de la incidencia de plagas, enfermedades y malezas;
• diversificación de ingresos;
• fijación y ciclo de nutrientes;
• mejorar el uso y eficiencia de fertilizantes y correctivos;
• intensificación de la actividad biológica del suelo.

Sin embargo, también es necesario cierto cuidado: planificación, estructura y disciplina operativa (“timing” entre operaciones). Otro fuerte aliado de la conservación ambiental del suelo es el uso de control de nematodos que se alojan en las raíces y dificultan la absorción de agua y nutrientes. El cambio ambiental de combinar cultivos de cobertura y rotación permite una forma eficaz y sostenible de mantener a raya a estos parásitos dañinos.

Como se ha dicho anteriormente, la rotación de cultivos en el sector agrícola es fundamental a la hora de garantizar la conservación y reducir el agotamiento del suelo, ya que la técnica existe con el objetivo de alternar diferentes cultivos en una misma superficie que se utiliza a lo largo de los años. De esta manera, se produce una mejora cualitativa del suelo y del ecosistema en general, ya que la materia orgánica presente en el sitio ayuda a mejorar la salud del suelo y promueve la biodiversidad y el control de plagas provenientes del cultivo allí desarrollado.

Además, el aumento del aporte de biomasa vegetal a través de cultivos de cobertura en el sistema de producción aumenta los niveles de materia orgánica en el suelo y, en consecuencia, el stock de carbono, lo que, además del efecto sobre el ciclo de los nutrientes, también contribuye a la adaptación a y mitigar el cambio climático causado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La actividad microbiológica también se ha utilizado como indicador de la calidad del suelo, ya que generalmente más del 90% del flujo de energía del suelo pasa a través de descomponedores microbianos. Actualmente, con los avances tecnológicos, contamos con análisis metagenómicos, en los que es posible acceder al DNA de comunidades microbianas e inferir información identificando qué especies de microorganismos están presentes en el suelo, sus funciones y nivel de población.

Además de los beneficios directos para la salud del suelo y la productividad agrícola, la agricultura regenerativa es un socio esencial en la mitigación del dióxido de carbono y, por tanto, en la reducción del cambio climático, ya que, al promover una actividad para enriquecer el suelo utilizado, garantiza también que haya secuestro de carbón.

La agricultura regenerativa se ha propuesto como un medio alternativo de producción de alimentos con menores impactos ambientales y/o sociales, o incluso positivos, ya que la práctica tiende a aumentar la sostenibilidad en la producción de alimentos, incluso siendo parte de estrategias para mitigar el cambio climático. Se puede decir que el objetivo de la agricultura regenerativa no es restaurar la ecología y la función biológica preagrícola nativa, sino más bien aprovechar los procesos ecológicos en la naturaleza dentro de un sistema agrícola para mejorar la salud de ese mismo sistema. En este contexto, la rotación de cultivos con alternancia de especies vegetales en zonas agrícolas destaca como una herramienta para mejorar la salud del suelo y constituye la mejor alternativa para una agricultura sostenible y regenerativa.