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Valmir Barbosa

Consultor Senior en Datagro Alta Performance

OpAA76

Una visión para la excelencia en la gestión

La agronomía es ecología aplicada, ya que la agricultura es el manejo de un ecosistema para producir una especie en particular. Los errores y aciertos de una gestión dependen directamente de la previsibilidad y ésta depende de la estabilidad del sistema. Planifique y prepárese para la siembra porque lloverá el día esperado. La sequía para la cosecha, el frío, el vuelo, la floración, el tiempo del viento, el día de esta plaga, el día de aquella, todo eso debe estar en la agenda del agricultor que quiera acertar en el manejo.

Cuanto más predecible, mayor el éxito y mayor la excelencia. Cuanto más estable, más predecible. Cuanto más diversificado, más estable. Hacer agricultura es manejar el medio ambiente a favor de las especies que se quieren producir. El agricultor es el que más importa y el que más se beneficia de la conservación del suelo y del agua, del aumento de la fertilidad del suelo, o mejor dicho, de su ecosistema. Una propiedad agrícola no es simplemente un pedazo de tierra, sino un ecosistema a ser manejado.

Producir bien, con alta productividad, ya es reconocido como un gran aporte de la agricultura a la preservación de otros ecosistemas, porque la alta productividad permite atender las demandas con menor ocupación de espacio; y así convivir con la diversidad y la preservación. El agricultor de buena productividad logra reservar una buena parte de su finca. Y es un destacado profesional.

Todos sabemos que los sistemas de bioenergía están aumentando de valor porque reemplazan el petróleo, el carbón y el gas natural. Estos combustibles se extraen del subsuelo y, cuando se queman, se libera carbono a la atmósfera. En la atmósfera provocan cambios que dan como resultado el cambio climático. Y es conveniente creer esto porque las consecuencias esperadas son demasiado valiosas. Una novedad que se puede observar es que la atmósfera es finita y su altura es de tan solo 10 kilómetros.

Todos los fenómenos meteorológicos: nubes, ciclones, corrientes, frentes fríos, frentes cálidos, ríos voladores, todos suceden en esta capa muy delgada sobre y alrededor de la tierra. Cuando vemos en el libro escolar un círculo que representa la tierra y otro alrededor escrito atmósfera, este dibujo está mal; pues si el planeta tuviera 10 centímetros de diámetro, la atmósfera tendría 0,09 milímetros, es decir, menos de una décima de milímetro.

Recuerde también que la evaporación y la condensación del agua resultan de combinaciones muy precisas de temperatura y presión. Por lo tanto, estas pequeñas variaciones pueden provocar grandes cambios. Además, los sistemas bioenergéticos son capaces de mantener una gran cantidad de carbono no estático movilizado en sus procesos en el suelo, biomasa, stocks, productos, entre otros.

Esto demuestra el valor del sistema bioenergético: cuanto menor es la huella de carbono, menor es la demanda de recursos naturales. Cuanto más alineado con la sociedad, mayor su valor de mercado y su posibilidad de valor económico; y, por tanto, mayor longevidad en el mercado.

El agricultor primitivo solo suprimía las demás especies vegetales, sembraba la que le interesaba y confiaba en los recursos naturales del entorno y su suelo. Hizo todo lo que estuvo a su alcance para controlar plagas, animales, plantas no deseadas y, al final, traer su cosecha. Aprendió a conocer las estaciones para saber el tiempo de plantar y seguir los calendarios. Y el resto es historia que todos conocen.

A lo largo de decenas, cientos y miles de años, el agricultor ha desarrollado herramientas y conocimientos para facilitar su trabajo, aumentar la producción y asegurar la cosecha. Esta evolución sucedió a medida que el hombre aumentaba su control sobre el medio ambiente. El mismo día que inventó la azada y la lanza para eliminar otras especies y ablandar la tierra, inventó el arado. Aprendió a elegir las especies a sembrar ya seleccionar las semillas.

Aprendió a conocer la fertilidad del suelo, a abonarlo; y sólo después aprendió a conservar su fertilidad. Desarrolló máquinas, química, fertilizantes, pesticidas y genética; todo ello para gestionar el ecosistema agrícola, favorecer y proteger las especies que se quisieran producir.

La forma de tener éxito no depende sólo de la decisión política o estratégica del accionista, sino del sistema de gestión adoptado o desarrollado. Por ejemplo, el sistema bioenergético de la caña de azúcar no sería aceptado en el mercado actual si no hubiera eliminado la quema antes de la cosecha. Y su eliminación no sucedió por la fuerza de la ley, sino porque se desarrollaron soluciones viables para la producción y cosecha sin quemar a través de la investigación científica. En relación con otras cuestiones no resueltas, los cambios se ven frenados por la falta de creación de mercado y oportunidades de negocio.

En el sistema bioenergético de la caña de azúcar, en la actualidad, algunos componentes han sido marcados por su fuerte impacto. La integración con la industria por logística con grandes cantidades de materiales, productos del campo para la industria y productos de la industria para el campo, ha generado oportunidades para una fuerte reducción de recursos externos. El uso de vinaza, torta, hollín y cenizas puede reducir a cero la compra de algunos fertilizantes en empresas con pool suficiente.

La introducción de algunas especies de microorganismos y el acondicionamiento para su mantenimiento pueden reducir total o parcialmente otros fertilizantes. En el control de plagas, la introducción y el mantenimiento de algunas especies de organismos pueden mantener las poblaciones de plagas a niveles por debajo del daño económico; especialmente si se asocia con resistencia varietal y prácticas de manejo cultural.

La gestión temporal de las operaciones puede resultar en una fuerte contribución a la producción anual debido a la integración con las condiciones climáticas o las etapas del ciclo fenológico de la caña de azúcar. Así, la excelencia del proceso y de los resultados sigue dependiendo de conocimientos y herramientas para el manejo de factores materiales y temporales.