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Alexandre Fernandes de Alencar

Director de Tecnología Hexágono

OpAA80

La realidad digital del sector de la bioenergía

Condicionado por el precio de los bienes, el mercado de la bioenergía sabe muy bien que los costes, en torno al 70% o más del presupuesto de una empresa del sector, son la principal variable para gestionar y realizar sus actividades.

Optimizar costos sin afectar el nivel operativo es siempre un desafío para cualquier emprendedor. La búsqueda es incesante para reducir el desperdicio, ser más precisos, rápidos y eficientes y operar de manera sincronizada y anticipada. Combinar todo esto no es fácil y necesariamente implica articular el uso de tecnologías, información y personas. Tecnologías aplicadas al control de las operaciones, altamente dependientes de datos confiables, y que son la base para explorar y obtener ganancias en cada oportunidad posible. En este artículo busco explicar un poco sobre estas innovaciones y cómo han contribuido a reducir los costos agrícolas.

Partimos de lo básico que es la mecanización de las operaciones de campo. Algo que no necesita detalles dado el creciente rendimiento y confiabilidad de las máquinas e implementos desarrollados y lanzados con cada nueva generación. Sin embargo, es vital que comprendamos que la mecanización por sí sola no hace milagros. Es necesario combinarlo con el trinomio “tecnología, datos y personas” para generar el beneficio esperado de su adopción. Así, la primera palanca tecnológica imprescindible para esta misión es una infraestructura de sistemas de control y planificación para la recogida y procesamiento de datos relativos a cada etapa del proceso productivo.

Estos sistemas deben estar completamente integrados e, idealmente, sus datos compartidos en la nube para soportar el creciente volumen de información y proporcionar capacidad de procesamiento escalable con alta disponibilidad. La gestión basada en informes ya no puede cumplir con los La creciente necesidad de los administradores de datos móviles y en tiempo real que permitan una acción activa más cerca del campo. Se utilizan modelos de simulación, con herramientas de análisis y minería de datos, para generar y optimizar escenarios, calculando rutas y secuencias ideales de actividades. Esto los convirtió en un elemento central en la ejecución de los planes de cosecha. Además de ser la principal herramienta de reactividad ante los problemas y minimización de riesgos, incluso en la fase de planificación.

Posteriormente pasamos a la realización de actividades en el campo, donde la conexión entre planificación y mecanización se da con la automatización de procesos. Aquí, el control de las máquinas y la agricultura de precisión son los principales agentes que intervienen para hacer realidad las ganancias optimizadas y simuladas en la oficina. Es decir, las máquinas confeccionadoras y los drones ejecutan con precisión el plan ideal de movimientos en las operaciones de siembra, cosecha y procesamiento, aplicando insumos y controlando implementos mientras monitorean la operación para asegurar la reducción del consumo de combustible y la maximización de los tiempos de operación.

La tecnología que permite esto son computadoras a bordo, instaladas para capturar datos de sensores y controlar el posicionamiento de los equipos a través de sistemas de navegación que realizan operaciones con precisión sobre las líneas de siembra. Actor a veces invisible, las infraestructuras de campo también han ido evolucionando significativamente en nuestro país, trayendo finalmente la realidad del mundo digital al sector. En este punto, los elementos fundamentales para garantizar el éxito de la automatización de las máquinas son el posicionamiento y la comunicación.

El primero, con el uso de antenas basadas en tecnología de sistemas de determinación de tiempo y posición global y apoyadas en sistemas de corrección para garantizar que la precisión del posicionamiento de las máquinas alcance meros centímetros de error. Y el segundo impulsado por la creciente presencia en el ámbito de las compañías telefónicas, instalando sus antenas de transmisión y poniendo a disposición la señal 5G para comunicar gigantescos volúmenes de datos en banda ancha y alta velocidad.

Muy pronto, la transmisión y el procesamiento de vídeo en línea desde el campo serán decisivos para la automatización, con aplicaciones de virtualización y conciencia del contexto funcionando integradas tanto localmente en las máquinas como de forma remota en los centros de control.

Estas plantas son otro ámbito de fuerte aporte de la tecnología a la agricultura bioenergética. Las llamadas Salas de Control funcionan íntegramente a partir del procesamiento de datos del Internet de las Cosas, que son enviados por equipos y máquinas, y permiten a los operadores monitorear de forma remota, 24 horas al día, 7 días a la semana, todo lo que ocurre en el campo, con especial preocupación por la sincronización de las operaciones.

En otras palabras, para las empresas ya no basta con que cada máquina realice sus actividades de forma precisa y casi automática. Las operaciones de campo también deben estar sincronizadas entre sí, asegurando, por ejemplo, que los tractores operen dinámicamente con los movimientos de las cosechadoras y que la materia prima sea transportada por un flujo de camiones que garantice el suministro continuo a la industria. Stock sobre ruedas, sin colas, sin esperas, sin máquinas paradas. Reducir costes, aumentar la eficiencia y asegurar un mayor retorno de la inversión realizada con la mecanización.

Los centros de control también trabajan en la gestión de incidentes y la seguridad operativa. A través de sistemas de monitoreo, es posible configurar alarmas que detecten y notifiquen ocurrencias de actividades fuera de un estándar esperado, así como violaciones de estándares de seguridad. Todo se monitorea en mapas digitales, con la ubicación de cada recurso, e interpolados con datos climatológicos, estadísticos y diseñados para cada proceso.

Además, toda esta infraestructura ahora se integra instantáneamente con el teléfono celular del gerente, quien puede recibir notificaciones inmediatas de eventos críticos o que requieran algún tipo de intervención por su parte. Esto garantiza que las máquinas paradas se vuelvan a poner en funcionamiento lo más rápido posible y que los problemas no se pospongan por retrasos en su identificación. Una vez planificados, automatizados y monitorizados los procesos, la tecnología avanza hacia el procesamiento masivo de enormes volúmenes de datos de telemetría e información recopilada de las operaciones de campo.

En este punto, la frontera de la investigación se da con la aplicación de la Inteligencia Artificial y el Machine Learning en el uso de estos datos para generar conocimiento y contribuir aún más a ganancias de eficiencia en los procesos. Están surgiendo aplicaciones de todo tipo, entre las que podemos mencionar el análisis de imágenes para detectar enfermedades y fallas de producción, el uso de modelos de pronóstico de producción y estimación de cosecha y análisis predictivos de fallas de equipos que permiten anticipar el mantenimiento preventivo.

Sin olvidar el uso de todo este arsenal de herramientas inteligentes en apoyo de acciones ambientales, sociales y de gobierno corporativo, en reconocimiento al papel de vanguardia de nuestro sector en el cuidado de la naturaleza, aplicando estas tecnologías también en la lucha contra incendios, preservando áreas y biodiversidad y la reducción constante de los impactos ambientales de las operaciones.

Vemos que la tecnología de Inteligencia Artificial también se integra cada vez más directamente con la automatización y el control de las máquinas. Ya contamos con sistemas de seguimiento de la fatiga que monitorean las actividades y el comportamiento de los operadores, valorando su salud y seguridad en la prevención de accidentes. El siguiente paso viene con la implementación de sistemas de percepción en máquinas, con cámaras y sensores que alimentan a los ordenadores de a bordo con la identificación de elementos en campo.

El movimiento de los equipos será "monitorizado" por esta inteligencia a bordo para evitar colisiones y accidentes, además de corregir posicionamientos y rutas en función de situaciones operativas reales en tierra. Así, la actual automatización de apoyo a la navegación avanzará rápidamente hacia una nueva fase en la que el control de las máquinas estará asistido por estos sistemas, pudiendo alcanzar, a medio plazo, la plena automatización esperada, utilizándose máquinas robóticas, inicialmente, de forma aislada procesos y controlados en los que el riesgo para los operadores justifique su sustitución.

A partir de ahí, el uso más extendido de los vehículos autónomos será un paso natural fruto de la evolución de la tecnología y su normativa. Aunque comenzó hace mucho tiempo, este viaje tecnológico en el campo parece estar lejos de terminar. Veremos cada vez más innovaciones en nuestro sector, lo que hará que sea emocionante y desafiante proyectar y observar cómo operaremos en un futuro no muy lejano.