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Rogério Augusto Bremm Soares

Director Agrícola en BPBunge Bioenergia

OpAA80

Las contribuciones de los bioinsumos a la sostenibilidad

El sector de la bioenergía, así como el agronegocio brasileño, ha experimentado una verdadera transformación en los últimos años. Y la agricultura regenerativa está en el centro de este proceso, ya que esta práctica combina la posibilidad de ofrecer un alto rendimiento a las operaciones agrícolas y al mismo tiempo presenta un enfoque prometedor para afrontar los desafíos de sostenibilidad que hoy preocupan y movilizan al mundo entero.

Se utilizan prácticas de manejo regenerativo con el objetivo de aumentar la productividad a través de procesos que, concomitantemente, restablecen los sistemas naturales, favoreciendo así la recuperación de la salud y resiliencia del suelo y aumentando la biodiversidad, además de preservar el medio ambiente.

En BP Bunge Bioenergia trabajamos en torno a este tema desde la fundación de la empresa en 2019, tratando como prioridad el desarrollo y aplicación de soluciones y buenas prácticas de gestión de campo orientadas a la calidad y productividad de los campos de caña de azúcar, con un enfoque alineado con los compromisos a la sostenibilidad que configuran nuestra agenda ambiental, social y de gobierno corporativo.

Como resultado, en cuatro años invertimos más de 300 millones de reales en iniciativas relacionadas con el tema, con perspectivas de evolución en los próximos años, y nos convertimos en una referencia en agricultura regenerativa en nuestro sector. Los beneficios ya registrados son numerosos, incluida una reducción de las emisiones de carbono, una menor dependencia de insumos agrícolas importados, además de un aumento de la productividad, que se espera que aumente un 20% para 2025.

En este universo, un tema que ha sido particularmente destacado, en el mercado en general y en nuestras estrategias en particular, es el uso de bioinsumos. Estos productos a base de componentes biológicos, incluidos microorganismos y extractos de plantas, ayudan a potenciar las ganancias ambientales en las operaciones agrícolas generando resultados significativos, como el combate de plagas y enfermedades, avances en términos de nutrición, fertilidad y preservación de la biodiversidad del suelo, trayendo también impactos positivos en la reducción de emisiones de carbono, entre otros beneficios.

Además del avance de los bioinsumos utilizados en nutrición, hemos realizado cambios relevantes en el uso de bioprotectores para el control de plagas y enfermedades, práctica con la que logramos una reducción aproximada del 40% en el uso de insecticidas químicos este cosecha. Para controlar las enfermedades fúngicas, avanzamos hacia el uso del 100% de biofungicidas el próximo año.

Los datos de mercado muestran que la industria de bioinsumos ha estado logrando un crecimiento importante en el país. Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, en 2013, el registro de bioinsumos destinados al control de plagas y enfermedades en el organismo era de 107 productos, frente a los 617 productos actuales. CropLife Brasil, entidad que representa este segmento, indica que las ventas de productos biológicos crecieron un 30% en 2023, con la expectativa de cerrar este año con un aumento del 35%.

Los indicadores de BP Bunge muestran que la empresa se ha mantenido a la vanguardia de este movimiento del mercado en los últimos años, habiendo logrado una evolución representativa en el uso de este tipo de productos, que pasó de cuatro variedades en 2019, a perspectivas de utilizar 14 tipos diferentes en la cosecha 2023/2024. Como resultado, la ampliación del uso de bioinsumos provenientes de hongos, bacterias y materia orgánica nos ha llevado a avanzar en el objetivo de sustituir fertilizantes minerales por alternativas biológicas.

En cuanto a los fertilizantes nitrogenados, en la cosecha 2022/2023, por ejemplo, la reposición ya se produjo en el 100% del área de siembra utilizando la bacteria Nitrospirillum amazonense, una solución desarrollada por Embrapa cuyas bacterias actúan sobre la fijación de nitrógeno, favoreciendo el crecimiento y la planta. desarrollo, lo que se traduce en un aumento de la productividad de los cultivos.

Con esta estrategia, la empresa registró una ganancia de alrededor de siete toneladas de azúcar por hectárea. Para las áreas de retoños, la empresa utiliza en el 100% de su área la bacteria Azospirillum brasilense, que además de aumentar la productividad entre un 5% y un 10%, ya generó una reducción del 50% en las dosis de nitrógeno.

En lo que respecta a los fertilizantes fosfatados, las bacterias que ayudan en la solubilización del fósforo, como las especies Bacillus y Pseudomonas, han sido, desde la cosecha 2022/2023, las principales responsables de la reducción del 15% en la dosis de aporte fosfatado aplicada en surco de siembra en el 100% de las áreas plantadas.

Con esto, sumado al uso de compostaje y fosfatos naturales de roca, redujimos en un 70% el uso de MAP en toda la producción. Además, nuestro equipo trabaja en diferentes líneas de investigación en el campo, buscando alternativas aún más eficientes y que, combinadas con el uso de vinaza, brinden más opciones para optimizar la aplicación de fertilizantes.

Esta sustitución de fertilizantes minerales por biológicos es un proceso que genera excelentes resultados, ya que tienen un alto impacto en la huella de carbono. Por tanto, dejar de utilizar productos de origen mineral, además de reducir costes, contribuye a cumplir los objetivos de descarbonización. Además de otras iniciativas, esta práctica ayudó, por ejemplo, a lograr una reducción del 34% en las emisiones de alcance 1 en la última cosecha, contribuyendo a nuestros objetivos de lucha contra el cambio climático y desarrollo sostenible.

Cabe mencionar también que en BP Bunge estamos implementando procesos encaminados a estructurar la empresa para la producción propia de estos bioinsumos en nuestras 11 unidades ubicadas en cinco estados brasileños. En este sentido, avanzamos en la construcción de patios para la producción de fertilizantes organominerales en todas las plantas, en los cuales se concentran y enriquecen con otros materiales orgánicos subproductos del proceso industrial de procesamiento de la caña de azúcar, como cachaza y cenizas, como estiércol animal y fosfatos naturales reactivos. Con este insumo reemplazamos los fertilizantes minerales comprados externamente, generando ganancias financieras, de calidad y de productividad.

Finalmente, es importante decir que creemos en la empresa que la agricultura regenerativa necesita darse a gran escala y, como líderes en el uso de insumos biológicos en nuestro sector, buscamos jugar otro papel que consideramos fundamental, que es compartir el conocimiento generado y las tecnologías que utilizamos en nuestra cadena productiva, incentivando a nuestros proveedores de materias primas a adoptar cada vez más un manejo biológico y regenerativo en el cultivo de la caña de azúcar, contribuyendo así a que las operaciones de nuestro sector sean cada vez más eficientes y sustentables.