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Carlos Daniel Berro Filho

Director de Desarrollo Agronómico de Raízen

OpAA76

La rotación de cultivos, la fertilización orgánica y el manejo biológico aseguran una mayor productividad y sustentabilidad

El trabajo con la tierra exige, cada vez más, el uso de tecnología y atención a la formación del cultivo, con el objetivo de permitir la implementación de una rotación de cultivos que también permita que este manejo traiga las mejores condiciones, para alcanzar los mejores resultados. No es exagerado decir que, en este capítulo, Raízen también ha tomado el camino de la sostenibilidad a grandes pasos en este cultivo que recién comienza. Entonces, veamos:

En el caso de la producción de azúcar y etanol, hay que destacar el uso de la vinaza en la fertilización de la caña de azúcar. Este ejemplo nos permite decir que casi todos nuestros cultivos reciben fertilización orgánica en detrimento de la adopción de fertilizantes minerales, que se han ido reduciendo cosecha tras cosecha. El resultado de esta acción es que no se sacrifica el suelo, dada la continua preocupación de la empresa por devolverle nutrientes para fortalecerlo.

La prioridad de la compañía es lograr que no sólo la vinaza, sino también otros residuos resultantes de la producción industrial contribuyan a incrementar la producción de biomasa, con especial énfasis en el compostaje y enriquecimiento que se realiza con la cachaza en los patios de compostaje, con el objetivo principal de la nutrición vegetal. Los trabajos que se realizan con los residuos orgánicos, así como todos los manejos que se realizan, tienen como objetivo mejorar la fertilidad de los suelos y, de esta forma, incrementar la productividad agrícola de forma sostenible.

Además de la aplicación de vinaza, otra estrella de nuestros cultivos son los abonos foliares aéreos. Esta tecnología se aplica en el sector del azúcar y el etanol desde hace al menos una década, pero en Raízen ha alcanzado la condición de excelencia, cosecha tras cosecha.

Hay dos fortalezas en cuanto a la producción de azúcar y etanol, que son la fertilización biológica y el riego, en las que la empresa ha sido reconocida como un actor importante. en el mercado.

En el caso de la fertilización biológica, en la que ya invertimos 30 millones de reales, se han desarrollado biofábricas con la producción de microorganismos benéficos para el cañaveral. Este rubro tiende a ganar más espacio en el sector, con oportunidades de estrechar lazos con universidades en el futuro.

El riego también es un elemento en expansión en relación con las técnicas de aspersión de pivote, goteo y rescate. La empresa está entre las que más invierten en el segmento, con énfasis en el polo de Araçatuba y la región de Andradina. También hemos desarrollado alianzas con la Corporación Brasileña de Investigación Agropecuaria.

Entre noviembre y enero, época de más lluvias (y también de mayor crecimiento vegetal), Raízen desarrolla fórmulas que combinan productos como nitrógeno, molibdeno, boro y zinc; y esto ha contribuido al aumento de la cosecha. La empresa ha estado utilizando esta técnica en alrededor del 60% de sus propios campos de caña de azúcar.

La aplicación aérea, con la combinación de nutrientes, se puede comparar con una “inyección en vena” de los cultivos, que permite un rendimiento de entre seis y doce toneladas por hectárea.

Nuestro objetivo es asegurar que todas las materias primas se utilicen para permitir la rotación de la tierra. En el futuro, nuestra intención es que la mayoría de las granjas de Raízen con buen rendimiento tener un mayor número de cortes, alcanzando un nivel de excelencia con productividad alrededor de 80 millones de toneladas molidas.

Es importante señalar que todo este trabajo no se restringe a los propios cañaverales de Raízen. Nuestro objetivo es que los proveedores de caña de azúcar de la empresa tengan acceso a estas técnicas. La fertilización foliar, en la que ya invertimos 45 millones de reales, es una de las más desarrolladas. La replicación de estos modelos sostenibles en más áreas debería contribuir a aumentos significativos en la productividad y el suministro de materias primas.

A medida que se restaura la microbiota del cultivo, es posible tener un campo de caña de azúcar más productivo, resistente y sostenible. Este es un objetivo permanente de Raízen ; y también uno de los pilares de nuestro éxito en la producción de azúcar y etanol.