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Renato Trevizoli

Viverista en Agrícola Trevisoli

OpAA80

Cómo llegar a 100 toneladas por hectárea

En los últimos años, el sector sucroenergético en su conjunto ha estado experimentando numerosos cambios tecnológicos y estructurales. Como resultado, el costo de producción ha ido creciendo sustancialmente, lo que significa que el aumento de la productividad y la longevidad de los cañaverales se han convertido en un elemento fundamental para el mantenimiento de las actividades de las unidades industriales y proveedores de caña del país.

El camino hacia este aumento de la productividad depende de la planificación y el cuidado en las actividades de implementación y gestión de la cultura a lo largo de todo el ciclo. Antes de tomar la decisión de renovar el cañaveral, es importante que se preserve el mantenimiento de la fertilidad y calidad del suelo, con un manejo fitotécnico adecuado para que se minimicen las actividades de corrección y preparación del suelo al momento de la renovación, contribuyendo a la reducción de costos de implementación así como el mantenimiento de los niveles de materia orgánica y microbiota en este ambiente.

Todos los entornos de producción tienen sus propias características. Por lo tanto, la clasificación edafológica de este suelo es fundamental para que el material genético (variedad de caña de azúcar) a implantar sea adaptable a tales condiciones, pudiendo así expresar plenamente su potencial genético. La mayoría de las propiedades tienen diferentes ambientes de producción, por lo que la introducción de diversos materiales genéticos es una alternativa efectiva y protectora a la explotación económica de la caña de azúcar.

El stock varietal debe distribuirse de forma que cubra alrededor del 15% del área con cada uno de los materiales genéticos. Por lo tanto, considerando esta distribución, la propiedad contará con al menos 6 variedades de caña de azúcar con características propias y diferentes formas de adaptarse a las condiciones ambientales.

Los programas de mejoramiento genético en Brasil han presentado al sector excelentes materiales genéticos adaptados a diferentes condiciones, siendo los productores responsables de asignar variedades adaptadas a las condiciones de cada ambiente de producción, eligiendo preferentemente genotipos erectos, con alta población de tallos y estables en rebrote. tolerante a las principales enfermedades y rico en azúcares. Para que estos materiales puedan expresar su potencial es necesario monitorear varios aspectos importantes para el buen desarrollo de la cultura, tales como:

Acidez del suelo: La construcción del perfil en la capa cultivable sin presencia de toxicidad, principalmente por aluminio, promueve un aumento del volumen del sistema radicular, aumentando la absorción de agua y nutrientes, los cuales se convierten en acumulación de fitomasa. La aplicación de mejoradores y acondicionadores del suelo como la piedra caliza y el yeso agrícola promueven estos beneficios para el medio ambiente. Estas prácticas deben incorporarse al manejo de ser necesario, en la renovación del cañaveral y en los tocones durante todo el ciclo del cultivo. El uso de óxidos de calcio y magnesio, al ser más solubles y reactivos, también son una buena alternativa para agregar estos minerales como fuente nutricional, pudiendo ser agregados al suelo al momento de la siembra, aprovechando la operación de surcado.

Equilibrio nutricional: No se puede descuidar una nutrición equilibrada con todos los macro y micronutrientes esenciales, proporcionándola de acuerdo con el nivel productivo esperado. Dividir las dosis de nutrientes o utilizar fertilizantes inteligentes con liberación gradual de minerales ha demostrado ser una condición favorable para la productividad. El uso de micronutrientes aplicados en cuotas en varios momentos, adicionados a fuentes de fertilizantes, en la mezcla de herbicidas, para controlar las principales plagas, optimiza las operaciones y la absorción de estos nutrientes por la planta.

Déficit Hídrico: Cuando no se dispone del uso de sistemas de riego, un método muy eficiente para mitigar este déficit es la implementación de la matriz tridimensional del tercer eje. Esta gestión desarrollada por el Instituto Agronómico de Campinas, a través del investigador Marcos Landell y su equipo, consiste en cosechar cañaverales de ciclos más jóvenes, hasta el 3er corte entre mayo y 10 de junio, y cañaverales más viejos por encima del 4to corte después del mes de julio, en el Centro-Sur de Brasil.

Os canaviais mais jovens, por apresentarem volume menor de raízes, são colhidos em um momento cujo solo apresenta maior reserva de água residual, e os canaviais mais velhos, com sistema radicular mais robusto, são colhidos em um momento em que o solo apresenta disponibilidade menor de agua. Esta práctica mantiene estable la población de culmos durante todo el ciclo, además de proteger las plantas y no generar un aumento monetario en los costos de producción, solo se necesita una planificación estratégica de cosecha.

Compactación: La sistematización y tráfico de cosecha inteligente mediante agricultura de precisión, es decir, mínimo pisoteo en el surco de caña, promueve mayor libertad para que el sistema radicular pueda profundizar. Cuando no es posible utilizar la agricultura de precisión en todos los equipos de cosecha, al menos abrir el ancho de vía de los tractores ya promueve grandes mejoras en términos de pisoteo de los retoños de caña.

Material de Propagación (Plántulas): El origen del material de propagación debe rastrearse con sumo cuidado, ya que de su sanidad y calidad depende enteramente el comportamiento productivo del cañaveral. La implementación y seguimiento de viveros de plántulas dentro del predio o la adquisición de plántulas de viveros que presenten certificados de sanidad y origen de materiales de propagación son garantía de una buena instalación y futuro productivo del campo cañero.

El primer Corte: La planificación y ejecución de la gestión relacionada con la implementación del nuevo cañaveral debe realizarse con suma atención, ya que es cuando se presenta la mayor oportunidad de grandes saltos de productividad.

Alternancia de cultivos antes de la renovación: Para lograr una alta productividad se debe preservar la calidad del sistema de producción y, en este sentido, se debe buscar siempre el aumento y mantenimiento de la materia orgánica del suelo. A ello contribuye en gran medida la alternancia de culturas. Este aumento del sistema, además de aportar nutrientes al suelo, mantiene una microbiota más activa y resiliente, aportando numerosos beneficios y contribuyendo a una mayor productividad.

Información: El estrecho contacto con las instituciones de investigación y el acceso a las nuevas tecnologías ayudan decisivamente en el camino a seguir. No hay éxito sin tecnología e información.

El cultivo de la caña de azúcar tiene aspectos multidisciplinarios. El constante estudio y comprensión de los factores de producción, las particularidades de cada material genético y los cambios en el ambiente de producción son decisivos para el éxito de esta actividad.