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Ricardo Busato Carvalho

Director Comercial y Originación de Caña de Azúcar en BP Bunge Bioenergia

OpAA79

Brasil y SAF: nuestro potencial va más allá de las materias primas

Las políticas relacionadas con la descarbonización del transporte aéreo están en el centro de los debates globales sobre el tema de la transición energética. Al fin y al cabo, estamos hablando de una actividad responsable de alrededor del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a la atmósfera, según datos de la Organización de Aviación Civil Internacional.


En noviembre pasado, los gobiernos de más de 100 países miembros de la Organización de Aviación Civil Internacional establecieron el objetivo de reducir la intensidad de carbono del combustible utilizado en las aeronaves en un 5% para 2030.


Un compromiso que sólo será posible a través de avances significativos en la agenda para el desarrollo de nuevas fuentes de energía limpia.


Son estas fuentes las que podrían sustituir a los combustibles fósiles en la operación de esta modalidad, como el Combustible de Aviación Sostenible.


El insumo puede producirse a partir de diversas materias primas, entre las que destaca el etanol, lo que significa que su huella de carbono es hasta un 80% menor en comparación con el queroseno similar, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.


En este escenario, Brasil, que ocupa la posición Como segundo productor y exportador mundial de etanol, y cuya matriz energética se destaca por sus fuentes principalmente renovables y limpias, se enfrenta a una oportunidad única de estar entre los protagonistas del proceso que guiará al mundo hacia la transición hacia más aviación sostenible.


El sector brasileño ya se está estructurando para suministrar etanol como materia prima para la producción de Combustible de Aviación Sostenible en plantas construidas en el exterior para este tipo de operaciones (por ahora, sólo en Estados Unidos).


En BP Bunge Bioenergia, por ejemplo, recibimos en 2023 la certificación ISCC CORSIA, que confirma que el etanol producido por la empresa cumple con los estándares internacionales determinados para la producción de este biocombustible.


Tenemos potencial en el país para ir mucho más allá de las materias primas. Veo a Brasil como un productor local de este nuevo combustible de aviación sostenible, ya que no hay justificación para exportar nuestro etanol e importar el combustible de aviación sostenible que se produce a partir de él.


Sin embargo, para lograrlo, como es el caso de Estados Unidos y Japón, dos países que actualmente lideran el desarrollo de esta industria, es fundamental implementar políticas e incentivos que apoyen este proceso.


Ya se han dado algunos pasos iniciales en esta dirección. En el proyecto de ley “Combustible para el Futuro” (Proyecto de Ley 4.516 de 2023) se estableció el Programa Nacional de Combustibles Sostenibles para Aviación, con el objetivo de incentivar la investigación, producción, comercialización y uso energético de Combustibles Sostenibles para Aviación en Brasil.


El programa determina que los operadores aéreos deberán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus operaciones nacionales mediante el uso de combustible de aviación sostenible en al menos un 1% entre 2027 y 2028.


A partir de entonces, este porcentaje aumenta 1 punto cada año, hasta alcanzar un compromiso de reducción de emisiones un 10% en 2037.


Entiendo que tales determinaciones fueron importantes para que Brasil estableciera una posición sobre el tema. Aunque todavía no estamos tan avanzados como otros países en términos de producción de combustible de aviación sostenible, creo que podemos sorprendernos de la velocidad a la que deberían evolucionar las cosas, si la legislación y los objetivos maduran, dada nuestra gigantesca matriz de distribución de etanol. Tenemos aquí el programa de mezcla de biocombustibles más grande del planeta. ¡El etanol no es nuevo para nosotros!


Sin embargo, para posicionarnos más allá de la condición de exportadores de materias primas, en un escenario relacionado con el Combustible de Aviación Sostenible, necesitamos inversiones, políticas públicas e incentivos que ayuden a alcanzar una posición más destacada como productores. Como sector e industria, necesitamos invertir en tecnologías avanzadas y optimización de procesos para garantizar la eficiencia y la competitividad. Con esto también aumentamos el volumen de producción, ayudando a priorizar este tema en los ámbitos públicos. Además, la colaboración entre el gobierno, la industria y la sociedad civil es crucial para garantizar que este camino se explore en todo su potencial.


Históricamente, Brasil ha sido exportador de bienes y, aunque esto representa una parte importante de nuestra economía, es imperativo explorar alternativas que nos lleven a nuevos niveles. La aviación sostenible ofrece una ruta prometedora en este sentido, permitiéndonos no solo proporcionar insumos sino también productos terminados que impulsen la transición global hacia un planeta más verde.


Al invertir en combustible de aviación sostenible y otras alternativas de combustibles renovables, no solo podemos destacar como productores, sino también como pioneros en innovación ambiental. Las políticas estratégicas y las asociaciones de colaboración son esenciales para lograr este ambicioso objetivo. A medida que avanzamos hacia un futuro más verde, Brasil tiene la oportunidad de dejar una huella duradera en la aviación mundial. Que esta visión audaz sea la palanca para un futuro más sostenible y próspero para todos.