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Marcos Fava Neves

Profesor de la FEA-USP y de la EAESP-FGV

OpAA78

El gobierno corporativo como base de la gestión

Coautoría: Vinícius Cambaúva, Associado na Markestrat

Cuando hablamos de sostenibilidad, podemos pensar en un largo proceso histórico que requirió (y aún exige) una maduración de la conciencia humana para hacer frente a la gran velocidad del desarrollo económico y tecnológico, que, si no se gestiona bien y se utiliza conscientemente, puede tener impactos en las personas y las organizaciones.


Algunos estudiosos del campo afirman que la sostenibilidad es un proceso de cambio y adaptación continuos, en el que un sistema tiene la capacidad de mantener su productividad, incluso en situaciones de adversidad.

Cuando ingresamos al mundo organizacional, hablamos de “sostenibilidad corporativa”, cuyo objetivo principal es servir a los stakeholders (stakeholders y accionistas) sin comprometer su capacidad de responder a las necesidades de las generaciones futuras.

Las empresas tienen una gran responsabilidad, ya que representan los recursos productivos de la economía. En este sentido, es de gran importancia que exista interacción y cooperación entre los agentes de un sistema (como la empresa privada, el gobierno y la comunidad) en la búsqueda de objetivos comunes, relacionando la rentabilidad con la sostenibilidad socioambiental.

El concepto de “gobierno ambiental, social y corporativo”, fue creado en 2005, como resultado de una iniciativa de las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y ha sido el modelo más aceptado y adoptado como base para definir las estrategias de las organizaciones. Esta propuesta trajo la sugerencia de que todo el aspecto de la gobernanza (políticas, valores y acciones de la organización, entre otros) permea los temas ambientales y sociales. Esto significa que ser una organización sustentable significa comprometerse con actitudes sociales, ambientales y que demuestren los preceptos del desarrollo sustentable.

En los agronegocios, algunos de los temas que han sido utilizados por las organizaciones para medir indicadores de sostenibilidad incluyen en el vínculo económico: desarrollo económico, inversión en tecnología, contribución al Producto Interno Bruto local y búsqueda continua de ganancias en eficiencia.

La dimensión ambiental incluye: recursos renovables, generación propia de energía, economía circular y uso eficiente del agua. Los ítems incluidos en la dimensión social son: salud y bienestar de los actores sociales, inclusión de los agricultores, buenas condiciones laborales, erradicación del hambre y seguridad alimentaria.

Actualmente, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, propuestos por las Naciones Unidas, son el buque insignia de los países que aspiran, en 2030, a estar en un nuevo nivel de percepción relacionada con el tema. Muchas empresas han utilizado estos parámetros para impulsar sus acciones, para cumplir al menos parte de estos objetivos (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

La búsqueda de empresas responsables es aún más afinada. Preocupación por el largo El plazo es más largo y ha generado interrogantes sobre el origen y destino de un determinado producto en la llamada trazabilidad de la cadena productiva. Con herramientas de medición es posible acceder a más de un tipo de capital, no sólo capital financiero, sino también capital natural y capital humano, los cuales son muy valiosos para la corporación y el sistema en el que está inserta.

A través de informes ambientales, sociales y de gobierno corporativo, las empresas ponen a disposición, de forma transparente y clara, sus actividades incluidas en estos criterios en favor de la gobernanza, el medio ambiente y la sociedad, allanando el camino a posibles inversiones. Esta información sirve para mitigar riesgos, centrándose en resultados de largo plazo. La evaluación de este conjunto de puntuaciones, que se lleva a cabo anualmente, tiene como objetivo identificar las empresas mejor equipadas para reconocer y responder a las oportunidades y desafíos emergentes en materia de sostenibilidad.

Desde el punto de vista empresarial, es destacable la importancia que juega el gobierno corporativo en la mejora de los parámetros ambientales y sociales. Líderes y directivos necesitan entender este papel y trabajar de forma articulada para que la sostenibilidad no sea sólo una “promoción de imagen”, sino, principalmente, la “promoción de cambios” en la sociedad, en los sectores, en las personas y en la propia corporación.

En uno de nuestros trabajos recientes, como línea de investigación de posgrado de la Universidad de São Paulo (Neves y Martínez, 2020), propusimos algunos temas que representan el gobierno corporativo y que deberían ser trabajados por las organizaciones. A continuación, se enumeraron cada uno de estos ítems que pueden contribuir a las discusiones y decisiones estratégicas de sus líderes, a saber:


1) proporcionar productos o servicios con respeto a las partes interesadas, transparencia, ética e integridad;

2) implementar y mantener la cultura de sostenibilidad;

3) definir objetivos comunes dentro de la red de la empresa (desde proveedores hasta distribuidores);

4) trabajar en asociaciones y alianzas públicas y privadas, contribuyendo al desarrollo de proyectos más grandes y de innovación;

5) medir los impuestos pagados y el aporte al Producto Interno Bruto, la situación económica antes y después de la inversión y los aportes de la empresa;

6) estimular la economía colaborativa;

7) interactuar activamente con otros agentes para promover el desarrollo económico;

8) buscar certificaciones en sustentabilidad;

9) formar equipos técnicos para asistir en toda la cadena de suministro y seguimiento, y

10) creación y gestión de fondos de inversión en proyectos orientados a acciones ambientales, sociales y de gobierno corporativo.

Esperamos que esta reflexión pueda contribuir a estimular el debate en las empresas y promover la conciencia entre los líderes sobre su valioso papel en la promoción de la sostenibilidad en la rutina empresarial.