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Paulo Andrés Trucco da Cunha

Director Comercial de Etanol y Energía en FS

OpAA80

La importancia de la consolidación en el mercado de combustibles renovables

Brasil se ha destacado a nivel mundial en la producción y uso de biocombustibles, particularmente etanol, como parte de sus esfuerzos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la sostenibilidad energética. En este contexto, el etanol se ha destacado como una prometedora fuente de energía renovable, con potencial para sustituir, al menos parcialmente, los combustibles derivados del petróleo.

Si bien el etanol de caña de azúcar ha sido el principal protagonista de esta industria, el surgimiento del etanol de maíz en el país representa una importante oportunidad para complementar esta matriz energética, asegurando la consolidación del combustible renovable no sólo en el mercado automotriz, sino también en el aeronáutico y marítimo. sector.

Sin embargo, es fundamental reconocer la complementariedad entre estas dos fuentes para consolidar aún más el mercado de combustibles renovables, especialmente para ampliar los mercados actuales y abrir nuevos mercados, como en los sectores de aviación y marítimo. El etanol de maíz se convierte en un aliado crucial del etanol de caña de azúcar para la consolidación del mercado actual y en la transición hacia una economía baja en carbono, brindando mayor seguridad de suministro para descarbonizar los sectores aéreo y marítimo.

El contexto actual del mercado de combustibles renovables:
El sector del transporte es responsable de una parte importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Ante esto, reducir la huella de carbono de estas industrias es una prioridad urgente. El etanol ha sido reconocido como una alternativa viable, ya que su quema produce menos emisiones de gases contaminantes en comparación con los combustibles fósiles. Brasil, en particular, es uno de los líderes en la producción de etanol, principalmente a partir de caña de azúcar, y ha desempeñado un papel crucial en la promoción de combustibles renovables.

Brasil tiene una larga trayectoria en la producción y uso de biocombustibles, y el etanol juega un papel central en este escenario. La vasta extensión de tierra cultivable y el clima favorable proporcionaron al país las condiciones ideales para el cultivo de caña de azúcar y maíz. Recientemente, el etanol de maíz comenzó a ganar espacio en el mercado brasileño de biocombustibles, aprovechando la infraestructura existente y las oportunidades de diversificación.

En el mercado automotriz, diversificar la oferta de biocombustibles es fundamental para garantizar la disponibilidad del producto en cualquier época del año, en las distintas regiones del país. El etanol de maíz puede desempeñar un papel complementario al etanol de caña de azúcar al proporcionar una fuente adicional de combustible renovable para vehículos de combustible flexible combustible, que son ampliamente utilizados en Brasil. Las características del etanol de maíz y de caña de azúcar son iguales y cumplen con las normas de especificación reguladas por la Agencia Nacional del Petróleo.

Además, la disponibilidad de etanol de maíz puede ayudar a reducir la dependencia del país de los combustibles fósiles, contribuyendo a la seguridad energética y la resiliencia del sector del transporte. Esta industria ha ido creciendo constantemente en los últimos años. Según la Unión Nacional de Etanol de Maíz, hasta 2030 la producción de etanol de maíz debería alcanzar los 10 mil millones de litros producidos en Brasil y representar el 20% del mercado brasileño. En esta coyuntura, el maíz se ve como una materia prima más para la producción de etanol, diversificando la oferta y brindando más garantía de suministro de combustible al consumidor, mitigando posibles temores, como se vio en el pasado, de falta de suministro.

Este es también un factor que impulsa la inversión en infraestructura logística, tales como: construcción de ductos, más ferrocarriles y duplicación de carreteras, así como terminales y almacenes, siendo un importante motor de la economía nacional. Por el lado de la demanda, el mercado interno de combustibles ya consumió más de 35 mil millones de litros de etanol en 2019. En 2023, el país consumió sólo 31 mil millones de litros, representando el etanol hidratado apenas el 19,6% del consumo de la matriz del ciclo Otto.

En 2019, este porcentaje fue 10 puntos superior, hasta el 29,3%. En el mercado nacional, la gran flota flex El combustible, que actualmente representa alrededor del 85% de los vehículos ligeros en Brasil, garantiza un potencial de crecimiento prácticamente ilimitado para los próximos años. En otras palabras, el mercado del etanol aún puede expandirse significativamente en el mercado automotriz brasileño.

A nivel internacional, según datos de la Unión de la Industria de la Caña de Azúcar y la Bioenergía, más de 70 países ya tienen mandatos para algún nivel de mezcla en gasolina, y las discusiones sobre aumentos en la mezcla se han vuelto cada vez más frecuentes. Además del segmento del automóvil, unos objetivos medioambientales ambiciosos, especialmente en los sectores de la aviación y el marítimo, deberían garantizar un crecimiento estable de la demanda de biocombustibles en las próximas décadas. En ambos casos, cuanto mayor sea la diversificación de las materias primas y los orígenes, mayor será la resiliencia a los factores climáticos y económicos y más estable será el suministro de materias primas.

El papel del etanol de maíz en el mercado de combustibles renovables:
Si bien el etanol de caña de azúcar se ha adoptado ampliamente en muchas partes del mundo, el etanol de maíz también tiene distintas ventajas que lo convierten en una opción atractiva. La producción de etanol de maíz está bien establecida en países como Estados Unidos, donde el maíz es un cultivo agrícola predominante. Además, el proceso de producción de etanol de maíz es más sencillo y requiere menos inversión inicial en comparación con la caña de azúcar.

Brasil es el tercer productor de maíz del mundo y produjo 129 millones de toneladas en la última cosecha, de las cuales el 12% se utilizó para producir etanol. La conversión de una pequeña parte de esta producción a etanol ofrece una oportunidad adicional para aprovechar los excedentes de producción y diversificar la matriz energética del país.

Las características ambientales y climáticas de Brasil permitieron que la producción brasileña de etanol de maíz tenga dos características importantes que diferencian esta industria de la de otros países. En Brasil, el maíz utilizado para producir etanol se denomina maíz de segunda cosecha, es decir, su siembra y cosecha se realizan inmediatamente después de la cosecha de soja, dentro del mismo año agrícola.

Este proceso permite que el maíz aproveche todos los nutrientes del suelo que deja la siembra de soja, evitando así la adición de insumos agrícolas que emiten dióxido de carbono a la atmósfera. La segunda característica es el hecho de que la planta brasileña de etanol de maíz utiliza biomasa renovable para generar el vapor y la energía necesarios para su funcionamiento. Estas dos características hacen del etanol de maíz brasileño un biocombustible con bajas emisiones de carbono.

Complementariedad entre etanol de maíz y etanol de caña de azúcar:
La complementariedad entre el etanol de maíz y el etanol de caña de azúcar radica en sus características distintas. Mientras que la industria del etanol de caña de azúcar tiene la flexibilidad de producir azúcar a partir de jugo de caña en lugar de etanol, el etanol de maíz tiene su versatilidad en términos de clima y suelo. Esto significa que en regiones donde el cultivo de caña de azúcar no es viable, el etanol de maíz puede llenar este vacío y viceversa. Además, en Brasil hay incluso regiones donde ambos cultivos son viables y, en estos casos, la complementariedad también está en las llamadas industrias flex, que producen etanol tanto a partir de caña de azúcar como de maíz. Estos puestos amplían las opciones de producción de biocombustibles en todo el territorio nacional.

Potencial en los sectores aeronáutico y marítimo:
Descarbonizar los sectores aéreo y marítimo es un desafío global debido a la alta demanda de combustibles de alta densidad energética y la limitada disponibilidad de alternativas. La tecnología "Jet Alcohol" ha sido reconocida como una de las opciones más viables para descarbonizar la aviación, transformando el etanol en biocombustible de aviación. Esto responde a un compromiso asumido por la Organización de Aviación Civil Internacional, que determina la mezcla obligatoria de combustible sostenible para el sector de la aviación a partir de 2027, abriendo grandes oportunidades para el etanol brasileño.

Estados Unidos, por ejemplo, ya ha establecido el uso de 5 mil millones de litros de combustible de aviación sostenible para 2030. Para Japón, el objetivo es lograr un uso del 10% de combustible de aviación sostenible para 2030. Son señales de una alta demanda para el futuro próximo y en las que Brasil ve una gran oportunidad, ya que es uno de los principales productores mundiales de etanol, muy rico en sus dos principales materias primas: caña de azúcar y maíz.

El etanol de maíz y caña de azúcar puede desempeñar funciones complementarias en estos sectores, proporcionando una alternativa renovable a los combustibles fósiles. Por ejemplo, el etanol puede integrarse más fácilmente en la infraestructura marítima y aeronáutica existente debido a su producción, tecnología y distribución ya establecidas. El uso de etanol en el sector aéreo y marítimo puede reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo así a los esfuerzos para combatir el cambio climático y promover la transición hacia una economía baja en carbono.

Conclusión:
El surgimiento del etanol de maíz en Brasil representa una oportunidad única para diversificar y fortalecer aún más el sector de biocombustibles del país. Su complementariedad con el etanol de caña de azúcar ofrece importantes ventajas en términos de seguridad del suministro, resiliencia y sostenibilidad ambiental. Además, el etanol de maíz tiene el potencial de desempeñar un papel crucial en la descarbonización de los sectores marítimo y de la aviación, contribuyendo así a los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.

La consolidación del mercado de combustibles renovables depende de la cooperación y complementariedad entre diferentes fuentes de energía, incluido el maíz y el etanol de caña de azúcar. El sector de los biocombustibles necesita actuar en conjunto a favor del desarrollo de estos mercados y dejar de lado la relación competitiva para estas agendas, que son comunes, de interés mutuo y con un potencial incluso mayor que el mercado existente. En los sectores marítimo y de aviación, donde la demanda de combustibles alternativos es más apremiante, esta complementariedad puede desempeñar un papel crucial en la reducción de las emisiones de carbono y la promoción de un futuro más sostenible. Sin embargo, es esencial abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades de manera colaborativa para lograr este objetivo con éxito.